I CONCURSO DE RELATOS DEL CIMM. OBRAS PREMIADAS

UN VIAJE EN EL TIEMPO
CATEGORÍA TALLER I (6-9 AÑOS)

Un día cualquiera de cole entré como siempre en la clase con una idea en la cabeza: quería hacer una máquina del tiempo para llevar a mis compañeros al pasado. Le pedí ayuda a algunos amigos para poder ver cómo construirla, con su ayuda tardamos un año y dos meses en terminarla. y presentamos el proyecto de la máquina del tiempo y pregunté quién quería viajar al colegio veinte años atrás. Todos dijeron: "¡yoooo! ¡yooo! ¡yo!" Y subimos.

La encendí y sonó un “prrrrrrrrrrrr” de 20 segundos y paró. Dije “ya está” y todos bajamos. 

Allí había un mini bosque encantado donde había gnomos, duendes, hadas, animales y plantas mágicas. Hicimos una ruta, guiada por un hada, que nos enseñó todos los animales y plantas mágicos y no mágicos del bosque. Algunas plantas tenían las hojas translúcidas de color rosa y con una amatista en el centro, setas con el tallo y puntitos azules, y flores de todas las formas y colores. Vimos mariposas multicolores y ranas amarillas.

Nos divertimos un montón y estábamos super contentos pero cansados después de visitar todo el bosque.

Regresamos al presente y seguimos trabajando como si no hubiese pasado nada.

 FIN

Alumna de Taller I (8 años)

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LA SABIDURÍA DE LA NATURALEZA
CATEGORÍA TALLER II (9 - 12 AÑOS)

Los colegios pueden llegar a ser muy aburridos, pero cuando tienes a un elefante, un chimpancé, una yegua y un loro, todo pasa mucho más rápido y divertido.

Aida se dirigió a donde vivían los maestros, la primera hora le tocaba con la yegua Drila, juntas aprendían cosas de la una y la otra. Drila le enseñaba ejercicio físico y otras cosas de supervivencia. 

Luego le tocaba a Pat, el loro, que le enseñaba rompecabezas y cosas del habla, Pat era un poco exigente, pero enseñaba muy bien, y todas las tardes recogían frutos secos de los árboles.

Tras acabar con Pat, Aida iba con su maestro favorito, el elefante, muy sabio, que le ayudaba a tomar decisiones correctas y le enseñaba a conectar con la naturaleza. 

Y, por último, Grog, el chimpancé, que a pesar de ser un poco bruto, le enseñaba a trepar y a resolver problemas.

Después de esas horas de clase con un maestro en concreto, los cinco se iban por la tarde de acampada o recolectaban comida y se lo pasaban súper bien poniendo en práctica lo que habían aprendido.

Esta historia es de fantasía, pero todos podemos aprender de la naturaleza.

Alumna de Taller II (11 años)

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EL COMIENZO DE UNA NUEVA ETAPA
CATEGORÍA ADOLESCENTES (12 - 16 AÑOS)

El primer día en este colegio sentí nervios, pero a la vez sabía que iba a ser el comienzo de una buena etapa.

Bueno voy a empezar presentándome. Soy Laura y estoy en segundo de la ESO. Tengo el pelo muy oscuro y los ojos azul claro. Sé que es una combinación rara, pero aún así soy guapa, o eso me dicen. Yo vivo en un pueblo grande que tiene un instituto al que iba hasta hace poco porque me cambié a otro en la ciudad. ¿El motivo? ya lo descubriréis más tarde.

El siete de enero fue mi primer día en este colegio en la ciudad. Llegué súper nerviosa porque yo nunca he tenido buenos comienzos y siempre que empezaba algo me acababa quitando por no sentirme bien o no saber hacer amigos, pero esta vez era diferente. Al irme del otro colegio en Navidad lo pasé bastante mal porque ya no estaba en mi grupo de amigas de la infancia, así que carecía de amigas y por esa razón me tenía que venir a este otro colegio. Cuando llegué los profesores eran bastante simpáticos y respetuosos, pero sobre todo los alumnos, algo que en el otro colegio no era para nada así.

En las primeras clases no tuve ninguna conversación con nadie, algo que para mí era normal, pero a la hora del desayuno todo cambió porque una chica rubia y de ojos oscuros me hizo una pregunta ¿por qué has venido a este colegio a mitad de curso? -Me preguntó.- Porque he tenido muchos problemas en mi anterior colegio contesté.

Desde esa conversación muchos más alumnos de la clase me hablaron y poco a poco me sentí en familia.

Entonces el último día de colegio me di cuenta todo lo que había pasado y donde había llegado y el pasado me dejó de importar porque me di cuenta de que estaba en una nueva etapa de mi vida que, por ahora, había sido la mejor. Conocí a gente nueva y borré todos mis antiguos miedos, se puede decir que encajé aquel día en ese colegio. 

Alumna de Comunidad de Adolescentes (13 años)

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UN DÍA EN EL COLE
CATEGORÍA FAMILIAS Y EDUCADORES

Nunca me ha gustado ir al colegio. Lo admito. El sonido del despertador provoca en mí el efecto contrario que se le presupone. Solo deseo guarecerme entre las sábanas y no salir hasta que el sol llegue a su punto más alto.

​Pero cada mañana desde hace unos años mi mente tiene a bien recordarme que mis obligaciones ya no son escolares, sino maternales. Así que, reuniendo todas las fuerzas disponibles a esas horas de la mañana, apoyo mis pies en el suelo y los dirijo hacia la habitación de mis hijos. Allí, dos caras somnolientas me reciben implorando cinco minutos más. Se los concedo, como me habría gustado que hiciesen conmigo, y mientras me preparo para salir, repaso mentalmente el camino que nos llevará a ese lugar tan opuesto al edificio gris de mis recuerdos infantiles, para luego imaginarme como serán sus días tras cruzar su umbral.

Pienso en las aulas luminosas, en los árboles del patio, en las estanterías llenas de libros, y en las sonrisas de bienvenida. Miro mi reflejo en el espejo y yo también estoy sonriendo, consciente de que mis hijos jamás comenzarán un relato como yo he comenzado el mío. 

Madre del colegio