En el CIMM entendemos la música como un lenguaje más. Por eso intentamos crear un ambiente muy expresivo de comunicación a través de canciones, el trabajo rítmico y el canto, aplicando metodologías activas como Dalcroze, Willems o Edwin Gordon. Tanto Dalcroze como Willems fueron seguidores de María Montessori, además de compartir con ella la misma visión sobre la pedagogía musical, activa y experiencial.
Las sesiones de música consisten en 6 etapas: Vivenciar (hacer y sentir); tomar conciencia; rehacer y jugar; analizar; asimilar y por último recrear de forma artística lo aprendido.
"La educación por y para el ritmo es capaz de despertar el sentido artístico de todos los que se someten a ella."